Educación
Después de pasar cuarenta años trabajando para la educación ¿saben? Tengo miedo a hablar de la educación. Es uno de los temas más complejos que se pueda abordar públicamente. Empezando por mí mismo, una persona mayor, consciente de por qué hace las cosas, con suficiente madurez, de repente cambio mis paradigmas y me pregunto ¿y entonces lo aprendido qué valor tenía?
La educación comienza en la cuna y termina en la tumba, decía José Martí, y realmente estaba equivocado porque posiblemente comience por la educación de los padres antes de enamorarse y luego casarse para engendrar hijos, pasando porque en la barriga el niño empieza a aprender y no en sentido figurado.
Ante todo ¿de qué educación estamos hablando? Porque
el término se presta para el tira y encoge de la filosofía común ¿la formación
de valores? ¿la acumulación de conocimientos? ¿el desarrollo de habilidades y
destrezas? Pues de eso y mucho más porque se trata de una categoría social que
incluye en su sistema la enseñanza y la instrucción, aunque en un sentido
estrecho se trate solamente de los valores del ser humano para vivir y promover
el bien entre los demás.
A los científicos le interesa sobre manera el asunto, porque en medio del progreso contradictorio, en el cual cada día se desafían las viejas valoraciones de como debe el ser humano conducirse, unas veces vemos el arcoíris de la esperanza y otros el fin de la humanidad. Yo, a pesar de mi experiencia y de llevar encima algunos papeles que me acreditan el haber salido triunfante de alguna universidad pedagógica, me declaro ignorante y preferiría el diálogo constructivo en la búsqueda de la verdad del tema a llegar aquí creyendo que tengo la última palabra.
De las ciencias de la educación
Al igual que todo el arsenal de la ciencia creció de modo general, las ciencias de la educación tampoco se detuvieron en el siglo XX. Hoy los especialistas en el tema nos confundimos fácilmente al enumerar las diferentes disciplinas, incapaces de ser peritos en todas.
Empecemos por las más generales: La teoría de la educación, la teoría de la enseñanza, la teoría del aprendizaje, la teoría de la instrucción y la teoría del entrenamiento.
La teoría de la educación se refiere en primera instancia a la conformación espiritual del individuo para la vida en armonía social y el crecimiento como ser humano, dentro de lo que cabe el desarrollo de la nación donde vive y de la familia donde se insertac y la que va a fundar. Para su mejor comprensión aquí no se habla de enseñanza ni de instrucción. No es que los teóricos no comprendan el valor que tienen los conocimientos y habilidades de la vida cotidiana en los asuntos de la espiritualidad humana, sino que para ser más entendible, y sobre todo para ser una asignatura en la formación de los maestros, se hace abstracción del resto de las ciencias.
La teoría de la educación no es necesariamente una ciencia pedagógica, y a veces ni una ciencia puede considerarse, pero sí un conglomerado de sabiduría útil para quienes de alguna manera tenemos el encargo social de las nuevas generaciones. Como aspecto social se presta para que los teóricos den sus puntos de vistas filosóficos y partidistas encontrándonos con contradicciones evidentes de un autor a otro.
La teoría de la enseñanza, que también vierte en la educación en su sentido amplio, viene a ser un poco más con responsabilidad de ciencia, porque discute en sus preceptos teóricos lo que ha antecedido en otras ciencias de la enseñanza más particulares como la psicología de la enseñanza, la didáctica general, la metodología general de la enseñanza, etc.
La teoría de la instrucción, a veces inseparable de la teoría de la enseñanza por la mente popular, deviene en un conglomerado teórico de cosas prácticas para adquirir habilidades útiles para la vida.
No basta como saber el arte de enseñar únicamente porque la enseñanza es un proceso bilateral, o sea, mientras alguien enseña hay otros que aprenden. He ahí que viene a llenar cierto vacío la teoría del aprendizaje. Como toda ciencia social, le es difícil definir leyes porque antes todo el que dirige el proceso de aprender se enfrenta a que hay una forma de adquirir los conocimientos diferente en cada uno de los discípulos y las herramientas que nos brindan las teorías solamente nos hablan de regularidades, de manera que el maestro ha de vérsela con las diferencias individuales.
Como que la educación es un complejo proceso inabarcable totalmente por la ciencia los que de alguna manera tienen responsabilidades en este asunto tendrá que acudir de vez en cuando a la filosofía de la educación. De hecho es un campo muy florido de intelectuales que han dejado su granito de arena acerca de la visión que tienen de cómo debe formarse al hombre.
De la enseñanza y el aprendizaje
Dentro de las ciencias que más influyeron en el crecimiento de la epistemología dentro de la pedagogía durante el siglo XX, fue sin duda la psicología, de las cuales se derivaron ramas específicas para la educación y la enseñanza. Algunos psicólogos solamente se dedicaron a eso y hoy el bagaje de sabiduría para la mejor manera de educar e instruir de acuerdo con las leyes de la psicología requiere de años de estudios.
Primeros fueron las leyes neurofisiológicas elementales que la descubrirse dieron lugar a que se comenzara a experimentar como funcionaban en el aprendizaje. De aquí se derivaron corrientes específicas que fueron por años dominantes hasta que otras compitieron y demostraron su mejor valía.
La psicología dio mucho a la enseñanza aportando la posibilidad de medir el intelecto humano y de esto aplicarse a la clasificación por grupos de rendimiento en los escolares incluyendo las necesidades especiales. Luego la psicología de las emociones demostró como no bastaba con un alto rendimiento intelectual sino que hacía falta cierta armonía emocional para que lo aprendido se canalizara bien en post del éxito personal o social.
Las ciencias del aprendizaje tomando mucho de las ciencias psicológicas han incursionado en la definición de los genios e ingenios también, mirando los pro y los contra de las personas altamente dotadas de alto rendimiento intelectual. Aunque todavía es un campo por completar dado lo excepcional de la genialidad, por lo menos ha aportado a su diagnóstico y a ver los límites y posibilidades del joven en crecimiento intelectual.
De las contradicciones enseñanza educación
La educación sin instrucción pudiera poner en peligro al individuo antes tantas maldades de este mundo y la enseñanza sin educación sería la formación de autómatas o esclavos intelectuales.
Hace falta el equilibrio entre todas las partes en que por facilidad organizativa se ha dividido el proceso de la formación del hombre. Tal separación en campos es solamente necesaria para hacer más fácil el camino de los especialistas pero como que el hombre es uno solo en el niño en formación todo recae y todo es necesario.
El que tiene la responsabilidad de la formación y progreso del hombre del mañana debiera preocuparse por crecer intelectualmente en este espacio, aunque todavía hay mucho que hacer para culminar el desarrollo de estas ciencias.

