Novedades robóticas
Transcurren los primeros meses del año 2030 cuando sorpresivamente se lanza lo que definitivamente se conoce como el CC. Al mismo tiempo el público se sorprende por la puesta en el mercado de las principales ciudades norteamericanas y europeas de los robots compatibles con este Cerebro Central. Sin embargo el espionaje científico tecnológico y la lógica del desarrollo iban juntos a pesar del secreto con que se había montado este tinglado: China y Rusia anunciaban sus propios sistemas y prohibían las compras de robots norteamericanos "por asuntos relacionados con la seguridad".
Varios países del Medio Oriente anuncian su total cierre a la tecnología argumentando que cualquier robot cuyas tareas dependieran de un programa situado en servidores de Estados Unidos o cualquiera otra potencia extranjera sencillamente vulnera su seguridad.
¿Qué es realmente lo nuevo en este nuevo paso de la humanidad hacia la robotización? Sencillamente ahora no son las computadoras y otros artefactos comunicativos los que tienen un soporte inteligente a miles de kilómetros de distancia. Los robots son más bien ejecutores mediante un intercambio de información con los servidores que son los verdaderos pensadores. Por otra parte estos artefactos son programables o dicho más acertadamente, sus clientes o dueños pueden comprar las habilidades de la misma manera que hasta ahora se ha hecho con los teléfonos y computadoras.
Todas las máquinas son humanoides aunque los consumidores pueden adquirir diferentes figuras según sus gustos: blancos, negros, indios, mestizos, etc. Usted no toca el artefacto sino que sencillamente lo coloca en el ambiente donde va a realizar su labor. Con su celular usted va a la página de la compañía y compra los datos que necesita. Si lo que quiere es un asistente de limpieza paga la cantidad de horas diarias y luego determina el algoritmo básico, como las horas del día en que estará activo, idioma de comunicación, nivel de instrucción, etc.
Una vez que usted compró los datos, que son independientes del costo del robot en sí mismo, sencillamente marca en su celular, tableta o computadora empezar y lo primero que hace el robot es reconocer el ambiente donde está, donde hay un enchufe para recargarse y donde molestaría menos a la hora de descanso. Desde ese momento comienza también la comunicación por voz con el humanoide.
Los primeros artefactos robóticos humanoides tienen un precio astronómico pero las colas son enormes y hay un ambiente de euforia en la sociedad. Las manifestaciones no se han hecho esperar. El gremio de limpiadoras de casas se ha lanzado a las calles en Nueva York y los Ángeles aunque en otras ciudades pequeños grupos se han plantado también. La principal empresa, lejos de amilanarse ha ofertado miles de plazas en Estados Unidos para trabajar en los talleres de montajes de robots prometiendo priorizar a aquellos trabajadores manuales afectados por la nueva tecnología, que a mi entender son casi todos.
Lo que sí no tienen una respuesta acertada en este momento son los piquetes de prostitutas de algunas ciudades europeas que muestran carteles tristones donde los robots con figuras femeninas se están comprando en cantidades enormes. Las situaciones humorísticas no se han hecho esperar y se ha hecho viral el video de una señora caucásica de edad madura que ha desplegado en su alcoba un muscular y bien dotado robot con figura masculina de un hombre de la raza africana.
Los verdes si han hecho sus tímidas, casi gay, peroratas pero los defensores del proyecto hablan a voz en cuello de las ventajas en gastos de metales raros que representa un cerebro central con lo cual no hay que repetir todas las partes analizadoras y de memoria en cada robot limitándose a ser máquinas ejecutoras esclavas en las cuales sencillamente corren los programas.
Yo también veo el salto gigantesco que se ha dado con relación a la robotización de la sociedad al concebirse este enorme cerebro central y lo que representa económicamente. Al fin y al cabo el progreso es indetenible y la humanidad preferiría suicidarse a que esto no suceda. A pesar de la nanotecnología un robot que tenga tanto lo analítico como lo ejecutante aumentaría el costo como lo ha hecho hasta ahora. Mientras, un cerebro central puede alcanzar dimensiones colosales sin llegar nunca al gasto que representaría la repetición de esto en cada robot. La solución de software en vez de hardwares programados, la universalidad de estos androides realmente me ha entusiasmado mucho.
Aunque los medios no han establecido ninguna relación de los hechos a mí me ha sorprendido que el experimentado Mark Zuckerberg haya donado casi un billón de dólares para el cuidado y educación de niños de los países con minas de tierras raras. La señora Priscilla Chan de Zuckerberg, que es quien puso realmente la cara en estas donaciones está saliendo en las noticias tanto como los robots y el Cerebro Central. A mí siempre me ha caído bien esta pareja. Lo suyo ha sido siempre ver los dos lados de este mundo de libre empresa.
No sabemos hasta donde va a parar este asunto de los robots pero para mí que habrá una mayor cantidad de tiempo para el ocio. Ojalá que se oriente bien el tiempo libre de los jóvenes y haya un mayor consumo de la cultura exquisita, como le llamo yo a disfrutar del buen arte y de la naturaleza. Por supuesto que la gente más pobre que será desplazada de algunos trabajos sufrirán, sobre todo en los países más allá del imperio gringo, pero hay tiempo para acomodarse, pues en Estados Unidos resulta más barato comprar un robot y pagar sus habilidades que contratar una cocinera. Pero en Bolivia y otros países con lo que vale un robot y la compra de las habilidades de esa tarea se ´puede pagar una cocinera por cinco años, de esta manera ellos seguirán diciendo que su sistema es mejor, mucho más humano y que le da empleos a todos. Naturalmente, yo tengo mi opinión al respeto y se apoya mucho en la discusión que hay en el congreso norteamericano en este momento donde se pide que todos los tributos al gobierno por razones de las empresas robóticas relacionadas con el Cerebro Central sean destinados a la reeducación y reorientación laboral de los desplazados.
Volviendo al tema de las habilidades culinarias a las que se puede acceder con un robot. Dice la promoción que el Cerebro Central tiene acceso a un millón de millones de recetas de cocina y que esto crecerá enormemente. Como que usted se puede comunicar con su sirviente cibernético de forma oral por vía telefónica también es posible que usted le pida un determinado menú cuando está lejos de la casa y al regresar esté listo para servir.
Algo fuera de serie con relación a estas tareas culturales desempeñadas por los sirvientes cibernéticos es que si alguna tarea no está en el servidor usted puede enseñársela. Por ejemplo les puede introducir recetas de cocinas no conocidas fuera de su familia.
Los programas relacionados con el cuidado de los niños pueden llevar los menores al patio, cuidar de que correteen y salten previendo cualquier peligro, le hacen cuentos a los niños, magias y numerosos otros entretenimientos. Los que cuidan ancianos también le leen la Biblia y establecen conversaciones con ellos. Pero hay tal diversidad de habilidades que prácticamente cualquier puesto de servicio puede ser sustituido. La construcción es tan sencilla, a partir de que el cerebro esclavo de cada robot es del tamaño de un pequeño celular. El conjunto de motores con los que se logran los movimientos de todos sus músculos se canaliza en la mayoría de los casos con emisiones por aire, codificadas de tal manera que no haga interferencia con otros humanoides cercanos.
Dados los logros alcanzados en la década del 2021 al 2030 los robots tienen una gran memoria operativa pero su funcionamiento tiene mucho que ver con el intercambio entre el cerebrito de cada uno de estos artefactos con el Cerebro Central. Allí está todo, incluso, hasta el respaldo antes posibles errores. Es posible que usted le diga a su servidor humanoide que quiere que les narre a los niños algún cuento de un autor determinado y él le pregunte si prefiere de la época de la juventud o de los últimos que escribió. No vaya usted a creer que es el robot quien le está preguntando sino que es la gran memoria y los algoritmos que están en el Cerebro Central.
Como que el cliente puede comprar todas las habilidades que le desee y todos los robots son electrónicamente iguales mi vecina ha instalado en el de ella un sistema multioficio: Al humanoide que compró lo ha llamado Pepe. Este tiene el desayuno preparado cuando ella se levanta, limpia la casa y hace el almuerzo, busca los mensajes que le han enviado por las redes y cuando ella le pregunta de acuerdo con ciertos criterios les dice los que le interesan. Siendo mi amiga de tantos años he bromeado con ella en cuanto a sus diez años de viudez y la posibilidad de ampliar las habilidades.