Paises y pueblos
Hay nacionalidades que han quedado divididas en dos países distintos sin que ellas mismas hayan tenido parte en estas determinaciones. Sucede mucho en África como producto del colonialismo que parceló el continente de acuerdo con el país de Europa que se hizo fuerte en ese territorio. Al descolonizar al continente los estados africanos que se formaron siguieron la estructura territorial ya parcelaria preexistente. De esta manera una tribu o etnia pudo quedar dividida para siempre entre Angola y Namibia, por poner un ejemplo. Algunas nacionalidades han quedado divididas en dos estados como producto de la guerra, tal es el caso Corea.
Las naciones poderosas y modernas tienen un gran y constante flujo migratorio que hace que su diversidad demográfica sea tan grande que los que viven inmersos en la vorágine del trabajo a veces vean esporádicamente a los nacionales o autóctonos. A muchos nos ha pasado en Estado Unidos de América. .
Hubo tiempo que la lengua era parte esencial del dominio político. El español, que es nuestro idioma, específicamente el castellano se generalizó por el mundo adquiriendo un gran territorio. Hoy es lengua oficial en Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador, España, Guatemala, Guinea Ecuatorial, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay y Venezuela. Sin embargo, tanto en la propia España como en los territorios que una vez fueron parte del imperio podemos encontrar otras lenguas, lo cual nos indica que también hay otras nacionalidades.
En Estados Unidos el idioma inglés es dominante aunque no haya una declaración de oficialidad a nivel federal. El español le sigue y en gran parte del territorio se usa ampliamente. Esto sucede con más ímpetu en el Sur. Las lenguas no marcan ya la territorialidad y dicen poco acerca de la soberanía y su uso significa más poder económico que otras cosas. Por eso el inglés sin ser lengua oficial en muchos países es hoy la que mayor se usa para el comercio y transacciones.
Cada país tiene por lo menos dos divisiones en orden de tamaño. Las más de las veces a las divisiones más grandes se les llaman provincias aunque algunos las designan como estados. Así lo hacen EE. UU, Brasil, México y Venezuela. La segunda división es la de estas provincias en municipalidades, que pueden recibir también otras denominaciones como cantones o condados, por ejemplo. En esta división más pequeña nos encontramos con las ciudades, pueblos y villas. En cualquier estado o provincia se trata de una considerable cantidad de denominaciones.
Algunos países tienen una constitución federal y las provincias o estados tienen cierta autonomía. Así es Argentina que viene siendo una unión o federación de provincias como Estado Unidos lo es con relación a sus estados. No siempre en la práctica se tiene una visión tan fuerte de estas características legales porque a veces no le es necesario o conveniente a las provincias o estados hacer uso de la autonomía.
Resulta que producto de esta toma parcelaria del mundo al hombre que nació libre antes los ojos de Dios se le impongan tasas y regulaciones para cruzar territorios, por lo menos las fronteras de los países. Si viajáramos por tierra desde Alaska hasta Argentina tendríamos que pagar visas y derechos de aduana cada vez que cruzáramos frontera. En Europa, que tiene una parcelación histórica mucho más vieja que la de América se ha logrado el estatus de la Comunidad Económica Europea y el tránsito por las fronteras se hace más fácil, por lo menos para lo que viven en ese continente.
La comunicación, sin embargo, parece tener menos problema pues la gente se la arregla para ser bilingüe allí donde se habla una lengua originaria en América Latina. Fuera de aquí la gente se entiende en un inglés, a veces elemental. El asunto complicado está no en la comunicación del viajero que pasa sino de los ciudadanos que viven en regiones apartadas y que no gozan de los bienestares que significa estar en contacto con el mundo constantemente.
Internet es la solución para el concierto de naciones y su variedad política y etnográfica, quizás también para el desarrollo de la economía. Pero a las regiones más apartadas de algunos países no llega la conexión todavía. Tengamos en cuenta que muchos de nuestros campesinos viven como si estuviéramos en otro siglo: no tienen electricidad, no ven televisión y ni hablar de una computadora.
Nos gustaría un día desarrollar la comunicación de esos terruños apartados con los grandes y poderosos centros comerciales. No solamente para el consumo de los pobres y aislados, que es importante, sino porque ellos tienen también cosas que aportar, en el orden material y en el cultural.
Nos gustaría un mundo en el que no prime la ambición y la guerra sino la paz y la colaboración. Parece sueño y lo que parece es, pero con ello es que empieza la transformación del mundo. Todo lo que empieza con guerra de alguna manera vuelve un día a esta o la paz que se logra tiene betas de dolor. Que la misión del hombre en el mundo sea la transformación paulatina y pacífica hacia la comunicación de los pueblos. Que se abran al mundo las comunidades aisladas para la paz y bienestar de las naciones.

