Religión

Para este redactor le es tan difícil adentrarse en las otras religiones como, supongo, sea para usted comprender mi incursión por otras doctrinas del modo más positivo y respetuoso. Por supuesto soy cristiano y no voy a convertirme ni a convertir a nadie a algo que no sea lo que mi mundo espiritual goza y ama. Pero más allá de nuestro espacio hay millones de personas que desconocen totalmente el cristianismo y tienen unas bien estructuradas religiones, algunas antiquísimas como la nuestra y otras que parten desde la misma raíz abrahámica.

Hay un principio del autoconocimiento y es que este se enriquece en la actividad y en la comprensión de los otros. De manera que para crecernos espiritualmente debemos saber cómo son los otros. Indudablemente que en sus libros sagrados pueden existir cosas incongruentes con la Biblia. También podemos encontrar cosas execrables ¿pero es todo malo?

Por otra parte, el cristianismo, visto en los hombres y no en la esencia de sus mandamientos divinos ¿es todo bueno?

Y si según la palabra y las sugerencias vistas en el nuevo testamento el cristianismo no es para contender sino para crecer por qué no mirar en son de paz a quienes se diferencian de nosotros ¿acaso Cristo no se reunía con aquellos que eran despreciados por los religiosos contemporáneos, en la época de su ministerio?

No pretendo aquí enaltecer a otros dioses cuando haga un estudio para una exposición respetuosa de los diferentes de nosotros. Pero si enaltezco al ser humano no cristiano por el respeto o devoción a alguna sabiduría que con el tiempo se convirtió en religión tampoco estoy enalteciendo a la religión ¿acaso Cristo vino al mundo a crear religión o acaso vino a desarrollar sabiduría?

La globalización que no es un fenómeno nuevo sino constante desde que comenzó el ser humano a expandirse por la tierra, es en este momento cuantitativamente muy poderosa con la comunicación instantánea lograda gracias a la nueva tecnología. Nunca habíamos estado tan cerca el uno del otro. Ahora chocamos, por lo menos en el mundo occidental con personas e instituciones de otras dimensiones doctrinales a cada paso en las grandes ciudades. No es extraño encontrarnos con una mezquita, una sinagoga o un templo hinduista. Esas mismas personas que profesan doctrinas diferentes vuelan en el mismo avión con nosotros y hasta comparten el puesto de trabajo de al lado, quizás sean nuestros patrones o trabajen para nuestro negocio. Por si fuera poco en nuestro facebook encontramos personas de cualquier religión del mundo queriendo tener contacto con nosotros.

La paz es un mandamiento cristiano. No siempre se ha comprendido bien. Tampoco es fácilmente comprensible cuando los agredidos somos nosotros. Sin embargo el Mesías no nos mandó a hacer la guerra con los otros diferentes sino a predicarles la nueva noticia. Incluso, aconsejó orar por ellos aunque fueran nuestros enemigos. Tampoco habíamos estado tan cerca de poder globalizar definitivamente esta gran noticia de salvación que el Hijo de Dios nos dejó como encomienda.

Si el cristianismo es una doctrina de amor, con amor debemos emprender el estudio de las doctrinas dominantes en otros pueblos. Si el cristianismo no es contender sino paz entonces es deber cristiano en nuestros tiempos de relaciones con los otros estudiar cómo son y cómo piensan, y por supuesto, respetarlos, porque de ello es que lograremos respetos hacia nosotros, aunque no sea suficiente para alcanzarlo.

En nuestros estudios de la vida religiosas más allá de nuestra espacio geográfico cristiano veremos paso a paso el hinduismo, el budismo, el confucionismo, el taoísmo, el islamismo, el judaísmo, las religiones animistas y luego otras religiones mientras tengamos fuerzas para escudriñar y buscar información.

Aunque sin negar mi fe en Cristo trataré los temas con el respeto con que quisiera que ellos me trataran a mí. No busco a la religión, sino a la cultura detrás de sus costumbres y libros sagrados. No busco a sus dioses sino al humano buscando a Dios; que está por allá adorando sabidurías con las mejores enseñanzas que sus antepasados le legaron. Para aquellos que se polarizan diametralmente a mi posición de fe pido las bendiciones del Padre ¿acaso esto no es lo que manda Cristo?

Como cristiano libre trataré sin tapujos lo que a mi juicio sean errores o maldades de los que se dicen como yo. No creo que le haga bien a la humanidad y a la esperanza de la noticia que Él nos dejó un mundo de hipocresía y dolor en el cual nos ha sumido el maligno. Cuando el Maestro vino al mundo a predicar las palabras de la buena nueva se comprometió a no cambiar ni una tilde a la Escritura pero sus tres años de ministerio fueron un arduo camino de lucha por una interpretación alejada de la falsedad. Hay pasajes verdaderamente asombrosos que Él asumió con autoridad divina pero que a juicio humano pudiéramos decir muy valiente.

Cuando la interpretación de lo divino se hace formalidad y de esta una costumbre u obligación, cambiando lo interno por lo externo, llegando a la doble moral y hasta la hipocresía es cuando estamos verdaderamente hablando de religión y no de espiritualidad. Lo sublime del Cristo es eso mismo, cambiarlo todo sin cambiar las escrituras, por tanto es en la buena interpretación donde está la verdad cristiana. Solo aquellos que lleguen al Mesías con la prioridad de servir antes que adquirir, con el corazón rebozado de amor al prójimo y dispuestos al sacrificio y no al banquete pueden llamarse cristianos, evangélicos y cuantos sinónimos haya.

Cada día las frutas están más maduras mientras que la maldad de ese mundo aumenta. Se necesitan obreros para la cosecha. La evangelización sigue siendo un proceso de contacto humano, de convencimiento y de obras. Nos los demostró quien vino de otro mundo y partió triunfante hacia ese desconocido mundo. La tecnología nueva está a nuestro servicio. Doy el paso e invito, no a seguirme a mí sino a Él, pues yo soy solo un imperfecto ser de este mundo que quiero hacer la obra encomendada a todos.