El ser humano
Los seres humanos ¿quiénes somos, de dónde venimos y hacia dónde vamos?
Imaginemos por un momento que todas las filosofías, teorías y doctrinas religiosas acerca del surgimiento del ser humano son puras tonterías, que no sabemos ni tenemos ninguna hipótesis acerca de cómo apareció el homo sapiens sobre este planeta. Luego tratemos de hacer una lista de todas las explicaciones, incluyendo teorías y mitos, sobre el mismo tema.
Al hacer el ejercicio me encuentro con una sensación de soledad insuperable, casi rayana con la depresión. Entonces me doy cuenta que hemos inventado todo género de explicación para evitar esa sensación de desamparo. En realidad buscamos afanosamente una explicación de nuestro origen porque estamos abandonados en un pequeño punto en un inmenso, quizás infinito universo.
Por supuesto, yo tengo mi explicación, como herencia asumida de acuerdo con el grupo social al que pertenezco y mi experiencia de vida pero no es el momento de defender la mía. Ahora estamos hablando de todos los seres humanos conocidos, de la humanidad, esto es del homo sapiens. Cuando usted suma más 1 y menos 1 se nos ha enseñado que el resultado es cero. Lo que sucede al sumar el conjunto de teorías y demás explicaciones de nuestros orígenes desde el punto de vista formal matemático es que no tenemos nada, no sabemos nada, estamos perdidos.
Sin embargo, la experiencia al relacionarnos con otras especies sí nos permite darnos cuenta de que somos el animal más inteligente de los conocidos, al menos que haya otros en el vasto universo en el que navegamos sin rumbo. Y es precisamente por tener conciencia que la situación es dolorosa... porque aunque nunca hemos visto funcionamos como el ciego que alguna vez pudo ver.
El asunto se hace mucho más complicado ya que somos una parte del universo y caben las mismas preguntas anteriores y la misma situación de incertidumbre, entre tantas explicaciones científicas y mitos.
¿Y si el ser humano fuera tal y como Moisés presumiblemente lo describe?
Para Moisés el hombre ha sido hecho por un Dios, que al mismo tiempo ha escogido a un pueblo entre los muchos que habían en esa época para preservar esta verdad. Siendo un Dios omnipotente descansó el séptimo día después de una gran labor construyendo el mundo.
El día sexto, después de crear todo un universo Dios y dentro de ese espacio un planeta y dentro de este las plantas y todos los animales, entonces creó al hombre, a su imagen y semejanza.
Sin duda esto era una revolución dentro del pensamiento de la creación: somos como Dioses y esto es reconocido por un sacerdote de ese Dios. Y si esto no fuera posible, si no fuera real, si Moisés nos estuviera engañando. Al fin y al cabo él era un pecador, que primero se tomó la justicia por sus manos cometiendo un asesinato y en los años del éxodo dio órdenes de asesinar, incluso hermanos a hermanos por haber transgredido la ley. Asesinatos más perversos nos hablan de la muerte de todo varón y toda mujer que hubiera conocido varón, tomados como prisioneros después de una batalla de conquista ¿Pudo un Dios tan misericordioso ordenar la muerte de inocentes? ¿No era ese mismo Dios, capaz de hacer llover maná del cielo tan potente para hacer que esas personas se integraran a los hebreos? Lo cierto es que Moisés cuando hablaba con Jehová lo hacía muy solo, nadie más que él podían llegar hasta el lugar sagrado donde estaba ¿No sería este señor un falso profeta, un manipulador y un sociópata?
¿Qué razones podía tener un Dios para darle una misión especial a un pueblo pequeño dentro del gran concierto de naciones que existían solamente un poco más de tres mil años atrás? Entre tantos chinos, entre tantos euroasiáticos, ente tantos americanos Dios protegió a este pequeño grupo ¿No será que el Dios de la Creación no sea el mismo Dios del éxodo? ¿No es contradictorio que habiendo dado los diez mandamientos y entre ellos el "no matará" diera la orden de acabar con los prisioneros, todos, mujeres y niños, por las manos de aquellos que debieron obedecer dichos mandamientos?
En el caso del becerro de oro la tarea y la crueldad fue de tal magnitud que puede considerarse una limpieza étnica más que diezmar la población, pues una de las tribus tuvo la tarea de matar a sus amigos, aunque también se le ordenó matar a los hermanos. Pero mejor que contárselo léanlo ustedes mismos:
Éxodo 32 La Biblia de las Américas (LBLA) El becerro de oro
32 Cuando el pueblo vio que Moisés tardaba en bajar del monte, la gente se congregó alrededor de Aarón, y le dijeron: Levántate[a], haznos un dios que vaya[b] delante de nosotros; en cuanto a este Moisés, el hombre que nos sacó de la tierra de Egipto, no sabemos qué le haya acontecido. 2 Y Aarón les dijo: Quitad los pendientes de oro de las orejas de vuestras mujeres, de vuestros hijos y de vuestras hijas, y traédmelos. 3 Entonces todo el pueblo se quitó los pendientes de oro que tenían en las orejas y los llevaron a Aarón. 4 Y él los tomó de sus manos y les dio forma con buril, e hizo de ellos un becerro de fundición. Y ellos dijeron: Este es tu dios, Israel, que te ha sacado[c] de la tierra de Egipto. 5 Cuando Aarón vio esto, edificó un altar delante del becerro[d]. Y Aarón hizo una proclama, diciendo: Mañana será fiesta para el Señor. 6 Y al día siguiente se levantaron temprano y ofrecieron holocaustos y trajeron ofrendas de paz; y el pueblo se sentó a comer y a beber, y se levantó a regocijarse. 7 Entonces el Señor habló a Moisés: Desciende pronto, porque tu pueblo, que sacaste de la tierra de Egipto, se ha corrompido. 8 Bien pronto se han desviado del camino que yo les mandé. Se han hecho un becerro de fundición y lo han adorado, le han ofrecido sacrificios y han dicho: "Este es tu dios, Israel, que te ha sacado[e] de la tierra de Egipto." 9 Y el Señor dijo a Moisés: He visto a este pueblo, y he aquí, es pueblo de dura cerviz. 10 Ahora pues, déjame, para que se encienda mi ira contra ellos y los consuma; mas de ti yo haré una gran nación. 11 Entonces Moisés suplicó ante el Señor su Dios, y dijo: Oh Señor, ¿por qué se enciende tu ira contra tu pueblo, que tú has sacado de la tierra de Egipto con gran poder y con mano fuerte? 12 ¿Por qué han de hablar los egipcios, diciendo: "Con malas intenciones los ha sacado, para matarlos en los montes y para exterminarlos de la faz de la tierra"? Vuélvete del ardor de tu ira, y desiste de hacer daño a tu pueblo. 13 Acuérdate de Abraham, de Isaac y de Israel, siervos tuyos, a quienes juraste por ti mismo, y les dijiste: "Yo multiplicaré vuestra descendencia[f] como las estrellas del cielo, y toda esta tierra de la cual he hablado, daré a vuestros descendientes[g], y ellos la heredarán para siempre." 14 Y el Señor desistió de hacer el daño que había dicho que haría a su pueblo.
Moisés rompe las tablas del testimonio
15 Entonces se volvió Moisés y descendió del monte con las dos tablas del testimonio en su mano, tablas escritas por ambos[h] lados; por uno y por el otro estaban escritas. 16 Y las tablas eran obra de Dios, y la escritura era escritura de Dios grabada sobre las tablas. 17 Al oír Josué el ruido del pueblo que gritaba[i], dijo a Moisés: Hay gritos de guerra en el campamento. 18 Pero él respondió:
No es ruido de gritos de victoria,
ni es ruido de lamentos de derrota;
sino que oigo voces de canto.
19 Y sucedió que tan pronto como Moisés se acercó al campamento, vio el becerro y las danzas; y se encendió la ira de Moisés, y arrojó las tablas de sus manos, y las hizo pedazos al pie[j] del monte. 20 Y tomando el becerro que habían hecho, lo quemó en el fuego, lo molió hasta reducirlo a polvo y lo esparció sobre el agua, e hizo que los hijos de Israel la bebieran.
Castigo del pueblo
21 Entonces dijo Moisés a Aarón: ¿Qué te ha hecho este pueblo para que hayas traído sobre él tan gran pecado? 22 Y Aarón respondió: No se encienda la ira de mi señor; tú conoces al pueblo, que es propenso al mal[k]. 23 Porque me dijeron: "Haznos un dios que vaya[l] delante de nosotros; pues no sabemos qué le haya acontecido a este Moisés, el hombre que nos sacó de la tierra de Egipto." 24 Y yo les dije: "El que tenga oro, que se lo quite." Y me lo dieron, y lo eché al fuego y salió este becerro.
25 Y viendo Moisés al pueblo desenfrenado, porque Aarón les había permitido el desenfreno para ser burla de sus enemigos[m], 26 se paró Moisés a la puerta del campamento, y dijo: El que esté por el Señor, venga a mí. Y se juntaron a él todos los hijos de Leví. 27 Y él les dijo: Así dice el Señor, Dios de Israel: "Póngase cada uno la espada sobre el muslo, y pasad y repasad por el campamento de puerta en puerta, y matad cada uno a su hermano y a su amigo y a su vecino[n]." 28 Y los hijos de Leví hicieron conforme a la palabra de Moisés; y cayeron aquel día unos tres mil hombres del pueblo. 29 Y Moisés dijo: Consagraos[o] hoy al Señor, pues cada uno ha estado en contra de su hijo y en contra de su hermano, para que hoy El os dé una bendición.
30 Y sucedió que al día siguiente dijo Moisés al pueblo: Vosotros habéis cometido[p] un gran pecado, y yo ahora voy a subir al Señor, quizá pueda hacer expiación por vuestro pecado. 31 Entonces volvió Moisés al Señor y dijo: ¡Ay!, este pueblo ha cometido[q] un gran pecado: se ha hecho un dios[r] de oro. 32 Pero ahora, si es tu voluntad, perdona su pecado, y si no, bórrame del[s] libro que has escrito. 33 Y el Señor dijo a Moisés: Al que haya pecado contra mí, lo borraré de mi libro. 34 Pero ahora ve, conduce al pueblo adonde te he dicho. He aquí, mi ángel irá delante de ti; mas el día que yo los visite, los castigaré por su pecado[t]. 35 Y el Señor hirió al pueblo por lo que hicieron con el becerro que Aarón había hecho.
En la recopilación de la Biblia hecha por los hombres hay suficientes ejemplos de que este no era el Dios de amor o bien Moisés nunca fue su seguidor, o era este falso profeta un enviado del Diablo. En fin yo no soy teólogo y le tengo temor a Dios, por eso los dejo con las palabras literales que podemos leer en cualquier Biblia:
Números 31:1-18 Reina-Valera 1960 (RVR1960) Venganza de Israel contra Madián
31 Jehová habló a Moisés, diciendo:
2 Haz la venganza de los hijos de Israel contra los madianitas; después serás recogido a tu pueblo.
3 Entonces Moisés habló al pueblo, diciendo: Armaos algunos de vosotros para la guerra, y vayan contra Madián y hagan la venganza de Jehová en Madián.
4 Mil de cada tribu de todas las tribus de los hijos de Israel, enviaréis a la guerra.
5 Así fueron dados de los millares de Israel, mil por cada tribu, doce mil en pie de guerra.
6 Y Moisés los envió a la guerra; mil de cada tribu envió; y Finees hijo del sacerdote Eleazar fue a la guerra con los vasos del santuario, y con las trompetas en su mano para tocar.
7 Y pelearon contra Madián, como Jehová lo mandó a Moisés, y mataron a todo varón.
8 Mataron también, entre los muertos de ellos, a los reyes de Madián, Evi, Requem, Zur, Hur y Reba, cinco reyes de Madián; también a Balaam hijo de Beor mataron a espada.
9 Y los hijos de Israel llevaron cautivas a las mujeres de los madianitas, a sus niños, y todas sus bestias y todos sus ganados; y arrebataron todos sus bienes,
10 e incendiaron todas sus ciudades, aldeas y habitaciones.
11 Y tomaron todo el despojo, y todo el botín, así de hombres como de bestias.
12 Y trajeron a Moisés y al sacerdote Eleazar, y a la congregación de los hijos de Israel, los cautivos y el botín y los despojos al campamento, en los llanos de Moab, que están junto al Jordán frente a Jericó.
13 Y salieron Moisés y el sacerdote Eleazar, y todos los príncipes de la congregación, a recibirlos fuera del campamento.
14 Y se enojó Moisés contra los capitanes del ejército, contra los jefes de millares y de centenas que volvían de la guerra,
15 y les dijo Moisés: ¿Por qué habéis dejado con vida a todas las mujeres?
16 He aquí, por consejo de Balaam ellas fueron causa de que los hijos de Israel prevaricasen contra Jehová en lo tocante a Baal-peor, por lo que hubo mortandad en la congregación de Jehová.
17 Matad, pues, ahora a todos los varones de entre los niños; matad también a toda mujer que haya conocido varón carnalmente.
18 Pero a todas las niñas entre las mujeres, que no hayan conocido varón, las dejaréis con vida.
Una de dos: O admitimos a Dios infinitamente cruel, que no es amor como repetimos constante mente en nuestras iglesias, o por lo menos no lo es para quienes lo contradicen, o dado que esto no se correspondería con el Dios omnipotente entonces el relato sobre la creación del hombre no es verdadero porque está publicados dentro de los libros atribuidos A Moisés; a un texto falso el resto no creíble.
¿Y si la ciencia ha errado en sus conclusiones?
La ciencia basado en el pensamiento racional, controlado por el método científico y buscando pruebas aquí y allá ha creado una teoría sobre el surgimiento del hombre que aunque con variantes e interpretaciones puede resumirse como la teoría de la evolución de las especies. Después de la gran publicación por el primer autor las búsquedas de pruebas ha concluido en el descubrimiento de osamentas más o menos conservadas muy sugerentes de que existieron otros hombres diferentes al homo sapiens tal y como somos hoy y algunos que no eran homos pero que se acercaban al criterio de que habíamos evolucionados desde seres inferiores y éramos solamente la cúspide de este largo proceso, donde los millones años se cuentan como contar por puro entretenimiento granos de arena en la playa.
Las interpretaciones encajan de la misma manera que los científicos del crimen encontrando aquí y allá dentro de la escena, y en las paraescena, pequeños indicios construyen una teoría y al final dan con el criminal que confiesa. Nos resulta familiar la teoría, no es una experiencia que me contaron. Al ser educado desde primaria hasta la universidad en el marxismo leninismo mi contacto con una explicación ateísta del mundo era parte de la vida cotidiana. Sin embargo, no soy un ateísta convencido. Soy un hombre que duda y busca la fe que además ama la ciencia. Por eso hoy estoy descargando mis contradicciones aquí.
A pesar de que ha habido algunos intentos de fraude por el mero hecho de que algunos desalmados seudocientíficos han enterrado esqueletos para después hacerlo pasar por descubrimientos arqueológicos yo creo en la honestidad de los investigadores que han descubierto e interpretado el resto de los hallazgos. De la misma manera creo en la honestidad de aquellos predicadores que creen a pie juntilla toda la escritura y sobre su base construyen su fe y la explican. En ese sentido nada humano me es indiferente.
Antes de entrar en algunos detalles de descubrimientos primero hagámonos algunas preguntas filosóficas: si la materia inerte no tiene conciencia ni propósitos más allá de las leyes intransigentes y burdas de la Física, si no tiene voluntad ni conciencia ¿por qué y para qué iba a evolucionar para dar lugar a un ser lo suficientemente inteligente como para desde su impotencia reflejar el universo? ¿No les parece descabellado que el no ser consciente creara al ser consciente?
¿Y si estamos equivocados al interpretar las pruebas?
Habíamos tomado la criminología y el mundo detectivesco para que nos sirviera de analogía, no porque yo sepa mucho de eso, sino porque todos sabemos lo que yo sé. Continuando con esas comparaciones aclaramos que en muchas ocasiones las pruebas reales tomadas en la escena del crimen por ser mal interpretadas han llevado a la cárcel al sujeto equivocado. Y aclaro, no son las evidencias sino los juicios humanos los que nos llevan al error.
Es innegable, nadie puede eludir la existencia del australopithecus africanus, del homo erectus, el homo neanderthalensis y la mujer de Qafzeh. No son una conspiración para engañar al mundo ni uno de esos disparatados post que vemos con "descubrimientos" de gigantes, hechos por individuos sin escrúpulos para engañando a sus seguidores ganar más dinero en aquellas páginas que pagan por anuncios. Me quito el sombrero antes la honestidad de los verdaderos científicos que han sacrificado muchas cosas en la búsqueda de la verdad.
Si somos sinceros con nosotros mismos como pensadores científicos sabemos que no se puede construir una segunda planta del edificio de la ciencia si la de abajo es solamente una teoría, porque si la primera está equivocada la segunda sería multiplicar el error. Y lo que sucede es que la búsqueda de la verdad científica a la que se lanzan los investigadores paleontólogos se encuentra permeada por la necesidad de cerrar con broche de oro una teoría, sin tener en cuenta que las teorías científicas no son ciencia sino el trabajo de los pensadores científicos en las fronteras entre las ciencias y las filosofías. Esto es, son especulaciones en un andiamaje de la estructura del método científico.
La duda cartesiana lleva el nombre de un insigne científico que la promulgó y que es responsable pionero del alcance moderno que ha alcanzado la sabiduría, pero cuando los hombres se apasionan con una verdad a media no se frenan en llegar a conclusiones que encajen con su mitad de la verdad.
Por hoy los dejo, querido lectores, con la soledad que
representa despertar en la mañana y darse cuenta que no tenemos la verdad de
quienes somos, de dónde venimos y hacia dónde vamos. Solo quiero decirles unas
preguntas: ¿y si son extraterrestres? ¿y si nosotros llegamos después de
extinguirse esas especies porque fuimos implantados por algún ser supremo? ¿Y
si el Dios de Moisés era un impostor que se hizo pasar por Elohim o al revés,
se hizo pasar por Yahvé? ¿O es que había muchos dioses celosos de su poder o
semidioses o ángeles caídos, bastante traviesos?
El siguiente video no significa un apoyo de este sitio, sino una muestra de qué se discute hoy acerca del asunto de la creación del hombre.