Amor

El amor es el más generalizador de los sentimientos positivos y se refiere a las relaciones del ser humano con los objetos, las cosas y las otras personas, existiendo una amplia gama de análisis e interpretación según a qué, quién o quiénes va dirigido, de las que se desprenden interpretaciones científicas, religiosas, filosóficas y artísticas, relacionándose con otros conceptos que muchas veces contiene, como el bien, el deber y la solidaridad, a la vez que es el tema de encumbradas obras de arte, de luchas por el perfeccionamiento social y de religiones como el cristianismo.

¿Qué es el amor?

Para responder qué es el amor tenemos que verlo desde el punto de vista del ser humano y por tanto como sentimiento superior. En los animales se dan muchos elementos del amor pero responden a un programa biológico fundamentalmente, mientras que en el hombre este sentimiento es muy rico en matices y está permeado por la cultura.

Algunos colocan como rasgo de este concepto el apego, sin embargo, para mí no es un rasgo fundamental, salvo que estemos hablando en particular, por ejemplo el sentimiento de pareja, y no del amor en general. Ciertamente que las cosas que se aman se necesitan, pero también se lucha por ellas y se sufre cuando desaparecen o están en peligro. Cuando es inmensamente grande todo sacrificio es posible para proteger o salvar la persona, objeto o fenómeno amado. La intensidad conlleva a la pasión que es un gran foco emocional relacionado con el sentimiento.

Mientras que en el amor entre dos personas nos parece ser más familiar el apego y el afecto, los amores relacionados con las cosas más abstractas y de carácter social tienden a lo filosófico en la conciencia del individuo, como el amor a la patria, el amor a la naturaleza, etc. La necesidad del objeto amado está relacionada con las satisfacciones que produce el contacto con él. De esta manera la patria se necesita y en la distancia la gente se acoge a un pedacito de ella, ya sea mediante los símbolos o las costumbres. Cuando el objeto real nos falta solemos sublimarlo en las cosas que se relacionan o son partes.

La pregunta qué es el amor resulta de una difícil respuesta general debido a la diversidad de amores y a la diversidad de culturas y valores en diferentes latitudes. Su manifestación también está condicionada a la personalidad humana, o sea, al núcleo psicológico social del individuo. Tanto los valores como el carácter hacen que haya colores personales en cada amante.

¿Qué es el amor verdadero?

Si los seres humanos viviéramos en un mundo ideal, de acuerdo con el concepto de perfección en el que creo, no debiéramos hacer la pregunta qué es el amor verdadero. Pero en sociedades donde prima el egoísmo, el oportunismo y muchos otros ismos que hacen de las relaciones humanas muchas veces falsas intentamos definirlo para decantarlo de la falacia que pueda tener algún parecido.

Nos circunscribimos aquí al amor de pareja, que es donde más ganancia tienen las personas con el engaño. Para que este sentimiento sea una verdad recta a los ojos de Dios es absolutamente necesaria la sinceridad, con uno mismo y con la persona objeto de nuestra atención amorosa. Por eso la pregunta primera es ¿lo amo? o ¿la amo? A partir de ahí comienza a tejerse la historia del sentimiento. Como que es un asunto entre dos personas el hecho de que una de ellas sienta ese sentimiento no quiere decir que sea correspondido, por lo menos de inmediato. Pero si la respuesta de uno mismo es positiva entonces estaría dispuesto a la conquista, quizás tanto que podría luchar por toda la vida.

Pero una pregunta conlleva a otras ¿cómo puedo saber que lo amo o la amo? Primero debo saber si lo o la admiro. Este es el punto de comienzo de todo amor de pareja. Tiene que ver con uno y con el otro. Son los conceptos de belleza, las cosas que nos satisfacen a la vista y los patrones morales y filosóficos acerca de los valores del otro que nos gustarían.

Otra pregunta importante es si estoy convencido de que con esa persona me sentiría bien para el resto de la vida, para procrear hijos y para construir un hogar y una familia. Téngase en cuenta que una relación de pareja es duradera y en el transcurso del tiempo la gente envejece, se sufren enfermedades, en fin, la belleza física se pierde.

Como que podemos y debemos amar a todo el mundo, también nos preguntaríamos si esa persona se merece nuestro amor de pareja y si nosotros nos merecemos el amor de él o ella. Digo esto porque el amor general, no es sexuado, no necesita esa pregunta específicamente; se ama gratis al prójimo.

Cuando este sentimiento es de verdad hay exigencias que no se pueden evadir: la fidelidad, la entrega, la comprensión, el perdón, la solidaridad, el deseo y abstracción íntima, entre otros, pero estos son los fundamentales. No hace falta la igualdad de caracteres, ni que sea el hermano o hermana gemelo, con que haya puntos en común, sobre todo los morales basta. Algunas diferencias de carácter, de gustos por las cosas secundarias, como el deporte, la música, hacen la vida menos aburrida en quienes tienen que permanecer juntos por largo tiempo.

Si después de estas preguntas ambos están dispuestos a luchar en los momentos malos y en los buenos, a compartirlo todo, a crecer juntos material y espiritualmente entonces es de verdad. A lo largo del camino habrá algunas desavenencias, por cuestiones secundarias, pero eso no quita la calidad de su esencia.

Cuando el verdadero amor llega, las personas son sensibles a las expresiones de amor de la naturaleza y el arte. Depende del nivel de instrucción como se manifieste esto, pero en las personas humildes sin mucha escuela se ven gestos sencillos pero de gran carga simbólico espiritual, como recoger unas flores en el camino y dársela a la pareja, dedicarle una canción que hable del sentimiento y cualquier cosa que sea detalle y exprese lo grande e imperecedero de la relación.

¿Cómo saber si es el amor verdadero?

Esto es casi como preguntarse cómo saber si es amor verdadero. Lo primero que aconsejaría es que el sentimiento de la persona que está preguntando se convierta sea una verdad tan clara como el agua de lluvia recogida en un vaso de cristal blanco. Perdónenme mi franqueza, pero no se puede exigir a otro lo que no damos nosotros. Este es un sentimiento que no puede surgir de la nada. La persona que reclamamos como pareja puede permanecer inerte toda la vida si no le despertamos el fuego del amor con alguna chispa de nuestro corazón.

¿Por qué no preguntarnos entonces cómo lograr que me ame de verdad? Usted no puede amar a alguien que no admire, a una persona que no vale la pena, digo amarla como pareja y no como su prójimo. Entonces cuando la llama empieza a quemarnos no podemos creer que esa persona esté también en fuego.

Cuando la persona que se acerca a usted ofrendándole su sentimiento, tratado de conquistarla y usted no siente nada por ella no se cuestione. Todo debe comenzar por uno y no por el otro y volvemos a la pregunta que realmente debe hacerse: ¿lo o la amo yo? Luego entonces, si usted ama convertirá lo que el otro siente en verdadero amor.

El amor en línea

¿Puedo encontrar el amor en línea? Esa pregunta me la he hecho yo mismo y confieso a los lectores que también lo he buscado. No voy a comprometerme con una respuesta tajante y seca de sí o no. Les diré algunas palabras para que saque usted sus propias conclusiones.

Cuando yo era joven y empezaba a necesitar el amor por vivir en una isla y por esas ansias de conocer los horizontes me orienté hacia el exterior. Esta es una constante de los isleños; de una gran parte. Pero no buscaba una pareja específicamente, sino amigos y personas con quien compartir cultura y la manera de conocer un mundo que para mí estaba distante y limitado mi alcance por una frontera de mar. Para esa época no había Internet todavía y las llamadas telefónicas eran vedadas para alguien que ni teléfono tenía. Por eso me conformaba con escribir cartas.

Recuerdo que siento todavía un niño me escribió una joven de la India y me envió una fotografía de su cara ¡Era tan bella! Quizás me enamoré pero ella nunca lo supo. Lo cierto es que todavía recuerdo su imagen. Pasó mucho tiempo para enterarme de que en mi país el régimen colocaba falsos corresponsales para que uno escribiera y de esa manera enterarse de los intereses de uno; nos expiaban. Por aquella época ni me imaginaba que un día cruzaría el mar y estaría en el gran mundo. Ya estaba viejo, pero estaba solo. Buscaría en línea si encontraba una mujer a quien amar.

Poco a poco fui descubriendo cómo funcionaban esas cosas. Hay dos grandes espacios: los sitios web y aplicaciones para encontrar parejas y las redes sociales. Las citas telefónicas nunca me interesaron. Yo no encontré lo que se pueda llamar el verdadero amor en línea pero sé que algunos sí lo han logrado. Pero hoy quiero llamar la atención acerca de los fraudes que pueden hacerse para que los lectores sean cautos y no se dejen engañar fácilmente.

Una gran parte del negocio de encontrar pareja está hecho por personas que no saben qué es el amor y valoran mucho más el negocio y el dinero que pueden obtener de esos espacios que el sagrado sentimiento que puedan tener sus clientes. Una inmensa cantidad de aplicaciones y páginas son fraudulentas en su totalidad y las fotos y personas que ahí muestran no pertenecen a verdaderos buscadores de amor. Las respuestas a las solicitudes de encontrar a alguien son automáticas y corresponden a un programa. Cuando no, una sola persona suele responder a cientos como parte de su "trabajo". Me parece horroroso este vil juego con los sentimientos humanos.

En un segundo plano están los que usan esas mismas plataformas como clientes y son comunes delincuentes que terminan pidiendo dinero y han llegado hasta cometerse crímenes a partir de conocer las personas y citarse por esos medios.

Cada día se perfeccionan los medios para comunicarse y los videos chats están a nuestro alcance. Pero ver a una persona en una telecomunicación no quiere decir que la podamos valorar en todos los sentidos, incluso en algunos tan importantes como a qué huelen y que sabor tendría su piel si la besáramos. Tampoco podemos estar totalmente seguros de que viven en el lugar que nos dicen o que no se han disfrazado y hasta han creado una apariencia que no es la de su sexo bilógico.

Cómo que quería ser periodista en línea, y eso intento aquí en Xnati, experimenté con la gente que se me acercaba en línea. Al saber que yo era heterosexual una vez estuve comunicándome con una persona que decía ser artista pintora y que lucía con una belleza extraordinaria. Tuvieron que pasar muchos videos chats para darme cuenta de que era un hombre disfrazado de mujer. No tengo nada contra los homosexuales, salvo que mis preferencias sean heterosexuales, pero engañar las personas en cuanto a cual es el sexo o preferencia sexual es enfermizo y criminal a la vez.

Sean cautos si buscan el amor en línea. No confíen en todo el mundo y protéjanse de los delincuentes.

Amor compasivo

Para hablar del amor compasivo es necesario comenzar diciendo que Xnati no está en este momento refiriéndose a este sentimiento circunscrito a las relaciones de pareja, sino en su concepción general, dicho con otras palabras, a la relación del sujeto con los fenómenos, los animales y las cosas.

El idioma español es rico en sinónimos para designar el concepto compasión y tenernos las siguientes palabras que en muchos contextos significan lo mismo: piedad, misericordia, clemencia, caridad, humanidad y perdón entre otros. Visto así, la crueldad sería el opuesto o antónimo fundamental.

Solemos decir que las personas que tienen compasión son buenas, que tienen buen corazón. Cuando a Cristo se le preguntó sobre los mandamientos agregó algo relativamente nuevo refiriéndose a amar a los otros como a sí mismo. Mientras amamos a los que están sanos y triunfantes podemos hablar de la admiración y el apoyo a sus obras; lo mismo podemos decir de la hermosura de la naturaleza. Pero el amor compasivo comienza cuando el objeto amado peligra, se está destruyendo o sufre.

La compasión es un sentimiento amoroso que manifiesta la comprensión del otro por su sufrimiento o por su peligro o deterioro, o sea la manifestación del sentimiento amor en esas condiciones especiales. Pero no basta con comprenderlo sino que se incluye el deseo de mejorar la situación del sufriente o paciente así como la ayuda y la colaboración. La falta de este sentimiento van desde la indiferencia por el dolor ajeno hasta no brindarle la ayuda al alcance del que puede.

La autocompasión o compasión hacia uno mismo se ha asociado muchas veces a la falta de valentía y rigor para superar obstáculos mientras que la compasión por otros es asociada al deber social y se espera de los humanos la solidaridad con los caídos en enfermedades u otras desgracias.

En el cristianismo es de esperar que si su médula o esencia es el amor al prójimo, como dijo el Mesías al definirlo como nuevo mandamiento, la compasión sea oficio del cristiano y por eso se manda a perdonar a los enemigos. En el budismo la compasión tiene un centro doctrinal fundamental y generalizado a todos los seres vivos. Es la clave de su código de actuación. Este elemento, no contradice al cristianismo, solo que los budistas hacen énfasis en ello. Hay otras religiones que suelen ser muy selectivas en su compasión, de tal manera que se debe ser compasivo con los fieles o hermanos y crueles con los enemigos.

En la cultura española, y por extensión a los pueblos que se desarrollaron como hispanos después de la conquista, la compasión es parte de los valores colectivos, de la moral grupal, y por tanto la gente es observada corporativamente acerca de qué actitud toman ante el dolor ajeno. Es algo así como que la pena ajena es pena mía. Una de las manifestaciones de las subculturas delincuenciales es precisamente la pérdida de la misericordia. En ocasiones algunos delincuentes criollos han enarbolado un estandarte de solidaridad con los pobres mientras delinquen con el expreso propósito de ganar protección de los humildes.

En este mismo contexto cultural aparecen muchas veces las posiciones orgullosas donde la compasión hacia algunos se puede sentir como ofensiva. No es generalizada y más bien surge cuando la desgracia es por errores sociales o personales y las consecuencias sean las sanciones de las leyes.

Hay que distinguir que no es lo mismo la compasión del que sufre sin merecerlo del que lo hace mereciéndolo. También hay una compasión, no por el sufrimiento del otro, sino por los errores o maldades que lo llevarían a malas consecuencias. Este es el caso de Jesús en el Calvario cuando dijo al padre que perdonara a aquellos que lo estaban encarneciendo porque no sabían qué hacían.

La compasión es un valor social aceptado por los pueblos más allá de las diferentes religiones que lo contienen en sus mensajes. El amor compasivo es una expresión altamente humana de este sentimiento.

El amor y la Biblia

Todos los enamorados de este mundo, cualquiera que sea su religión, filosofía o definición política debieran aprenderse de memoria lo que dice la Biblia sobre el amor en los versos del 13:4 al 13:8 de 1 Corintio. Estas son palabras del Apóstol Pablo, que unas veces hablaba como inspirado por Dios y otras en su nombre propio.

1 Corintios 13:4-8

4 El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso.

5 No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor.

6 El amor no se deleita en la maldad sino que se regocija con la verdad.

7 Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.

8 El amor jamás se extingue, mientras que el don de profecía cesará, el de lenguas será silenciado y el de conocimiento desaparecerá.

Más adelante continúa:

Sobre todo, ámense los unos a los otros profundamente, porque el amor cubre multitud de pecados. 1 Corintios 13:13

Quiero hacer una observación. Hay muchas fraternidades, clubes, organizaciones civiles, etc. También están las religiones, las denominaciones y las sectas. Cada una toma un fuerte, un muro, algo de que asirse, y desde ahí lograr una identidad o singularidad para ser reconocida como diferente a las otras. No he oído ninguna que se llame, por ejemplo la iglesia del amor. Se repite mucho que Cristo es amor, pero los predicadores andan mucho por las ramas, sin llegar al tronco del evangelio que es precisamente este sentimiento.

En 1 Juan 4:16 dice la Biblia:

Siempre humildes y amables, pacientes, tolerantes unos con otros en amor.

O sea, todos estos son atributos de este sentimiento que ahora visto desde la óptica del libro fundamental de los cristianos pasa a ser sagrado.

En 1 Juan 3:1 se resume la religión, haciendo eco de las palabras de Cristo cuando le preguntaron sobre los mandamientos:

No tengan deudas pendientes con nadie, a no ser la de amarse unos a otros. De hecho, quien ama al prójimo ha cumplido la ley.

Cuando decimos que el amor es la salvación del hombre, estamos diciendo que el odio y el rencor es la desgracia humana. Por falta de amor hay guerras, hay asesinatos, hay tristeza en hogares, la tierra se está recalentando, los países construyen bombas de destrucción masiva, hay fronteras que impiden el paso de un lugar a otro, hay hijos sin padres, en fin, hay dolor y miedo.

Xnati, este sitio unipersonal, desarrollado por un padre donde quiere honrar a su hija, les invita a amarse los unos a los otros. Eso es más importante que entregar el diezmo, que guardar el sábado y que ponerse cuello y corbata para pararse en el atril a predicar.

El Mesías lo dejó bien claro: Y éste es mi mandamiento: que se amen los unos a los otros, como yo los he amado. Juan 15:12, y por si fuera poco el escritor hace una comparación terriblemente fuerte para que no nos quede duda del camino a seguir:

Nadie ha visto jamás a Dios, pero si nos amamos los unos a los otros, Dios permanece entre nosotros, y entre nosotros su amor se ha manifestado plenamente. 1 Juan 4:12

En cuanto al amor de pareja, ese por el cual la mayoría de los jóvenes han consultado este sitio web hay palabras que no deben olvidarse:

Esposos, amen a sus esposas, así como Cristo amó a la iglesia y se entregó por ella para hacerla santa. Él la purificó, lavándola con agua mediante la palabra. Efesios 5:25-26

Hay muchos más versos en la Biblia sobre el amor. Escudriñen las escrituras porque sus palabras son el pan de la fe.

El amor platónico

El amor en Platón comienza con el impacto físico inmediato y pasa por diferentes etapas donde al final queda la belleza espiritual donde reside el amor más perfecto. Para él esto era necesario .e imprescindible para poder arribar a un sentimiento que alcanzara la dimensión verdaderamente humana.

La belleza en sí o esencial se mantiene pura e incorruptible. De la misma manera esta belleza no física se encuentra en las costumbres sociales, el arte y las leyes. Para un verdadero amor se necesita el conocimiento de estas dimensiones de lo bello.

Los filósofos viraron la torta platónica en tiempos más recientes

Cósimo Médici, gobernante de Florencia, en tiempo del Renacimiento, ordena a Marsillo Ficino, sintetizar el platonismo, lo cual hace desde su óptica desarrollando un neoplatonismo que aún perdura entre muchas personas, de manera que a veces somos ficinianos creyendo que somos platónicos.

El finicismo neoplatónico se nutrió de dos puntos del discursar del filósofo griego: la jerarquía de la sustancia y el amor espiritual. En la jerarquía sustancial parte de las formas más elementales de la sustancia viva, como las plantas, pasando por etapas hasta llegar al Demiurgo. En esta jerarquía los seres humanos estaban en una posición central o intermedia. De manera que los hombres eran el punto de articulación entre la materia menos desarrollada y la materia espiritual y sus objetivos eran trascender elevándose hacia lo divino.

Las ideas de Ficino acerca del amor Platónico eran que el hombre como ser intermedio conocía del amor espiritual platónico en su nivel material pero que todo el universo estaba diseminado por ese estado espiritual proveniente de niveles superiores. Estos lazos de amor compasivos mantienen la unidad del universo según Spielvogel, 2003. De esta manera se trata de un amor inalcanzable que solamente existe en el punto de las ideas.

El concepto amor platónico se expresa por primera vez en la puesta en escena de la obra "The Platonick Lovers" del poeta inglés William Davenant en el año 1636, obra que se refiere al Simposio o Banquete donde el amor espiritual es elevado.

Según algunos filósofos contemporáneos y referidos por el articulista colectivo de Wikipedia Platón nunca defendió el amor con abstinencia sexual sino más bien un punto intermedio. Por otra parte de las tres palabras usadas para referirse al amor por los antiguos griegos, eros, ágape y philia, en el Antiguo testamento en ese idioma solamente se usa eros tres veces, mientras que en el Nuevo Testamento nuca se usa. Este punto es muy importante debido al contenido referente de amor sexual entre hombres que inicialmente tuvo eros, mientras que modernamente lo erótico tomó la significación heterosexual.

Una síntesis apretadísima del amor platónico estaría definida como el amor espiritual y su objetivo estaría encaminado hacia la valoración del ser amado más allá de sus atractivos físicos.

Este desarrollador de sitio web también quiere colocar su piedrecita sobre el amor espiritual

A mi edad, como suele suceder en un hombre occidental, que no fue cristiano por mucho tiempo, he tenido sexo en abundancia y también períodos de abstinencia aburridísimamente largos. No solía referirme en mis pensamientos al amor platónico, no es parte de mi vocabulario básico pero si he creído siempre en el gran alcance espiritual del amor.

Ahora con mi edad, miro a los mayores que yo, incluso a mi padre, y veo como ya destruido su cuerpo, mantiene viva la llama de amor a su pareja, incluso acabo de enterarme que su mayor dolor es ver que su compañera de más de sesenta años está muy débil llegado a más de sus noventa.

Muy poco queda del fuego físico del amor cuando la vida ya se está yendo, pero para muchos, que están siempre lleno de calor sexual en su juventud poco gozan de la belleza que guarda la dimensión espiritual de este sentimiento, la cual perdura más allá de la energía juvenil.

Para mí en un acto sexual desde el principio hasta el fin se resume todo el universo. No creo que haya algo más emocionante en esta dimensión terrenal de la vida. El contacto físico, la entrega, la batalla y finalmente... la eyaculación u orgasmo, es algo sin comparación, pero, lamentablemente dura muy poco.

El verdadero y sublime amor es el que mira la belleza interna de su pareja y goza de sus caricias mientras sus fuerzas y juventud existen. Si esto es un principio a la hora de seleccionar pareja, si es una categoría constante en las relaciones de las personas entonces es posible la felicidad con un estado y no como un momento ínfimo de placer.

Pero no podemos olvidar el carácter sagrado del pequeñísimo momento del placer sexual, porque por algo ha surgido y por algo de ahí nacen los hijos que tanto amamos. La defensa del amor espiritual de pareja y su extrapolación a todo el amor no debe conllevar a la anulación del detonante del amor, que aunque sea una mirada de unos ojos hermosos, tienen un gran componente sexual.

La gente que se ama debe entregarse en sexo y disfrutarlo plenamente. Alargar ese momento con los juegos sexuales, ir al éxtasis, subir al cosmos y fantasear en ese momento crucial es parte de la felicidad.

Lo que sí debe cuidar el ser humano es no vivir para el sexo como única satisfacción de sus necesidades. Para ello debe cuidar y hacer crecer el amor general a toda la humanidad, la naturaleza y toda la creación humana. El amor infinito a la humanidad y al Universo que nos ha visto nacer junto con nuestra pareja debe articularse con la admiración concreta a lo físico y a lo espiritual de cada uno. 

El amor romántico

Lamentablemente la posición de este sitio web con relación al amor romántico puede entrar en contradicción con algunas otras posturas que andan por ahí. Tendremos que distinguir, no obstante entre un modelo de amor con ese nombre y el romanticismo en los que profesan el sentimiento.

El carácter romántico del amor de pareja es una cualidad imprescindible e ineludible. Un relación entre dos, aun con la convivencia no se califica de amorosa sin ciertas exigencias. No puede confundirse el simple apego, la solución de problemas sociales y hasta la convivencia en común con el verdadero amor.

Las satisfacciones sexuales, la comunidad de intereses entre un hombre y una mujer y la convivencia en conjunto para que sean amor necesitan de ciertas y elevadas manifestaciones irreductibles a criterios científicos atomistas. Precisamente, ese ideal y ensueño que compromete a los dos más allá de la existencia material y fisiológica, que es más cercano a la poesía que a la sociología es lo que hace a la gente poseedores del amor romántico.

Es un error decir que este tipo de amor nació en la edad media, sino que creemos que en esta etapa lo que sucedió fue que las sociedades, occidentales fundamentalmente, lo tomaron como modelo a seguir desde que se convirtió en un concepto. A partir de ahí y ahora con un nombre, se tejieron leyendas, pasaron sus cualidades a reglas morales o de ciertos estamentos como los caballeros. Pero esto no hizo al amor romántico, sino que lo codificó socialmente. Como modelo funcionó, sin embargo, estaríamos hablando de la manifestación social de un fenómeno y no del sentimiento en sí mismo, que ya desde la comunidad primitiva inspiró bellas obras poéticas y literarias en general.

El romanticismo como idealizador y ensoñador de las relaciones de pareja sobrevivió a las costumbres deshumanizadas de la era esclava, de los matrimonios concertados, al socialismo ultra realista de las relaciones económicas como bases de los sentimientos y al capitalismo donde los intereses son engendradores de las relaciones de todo tipo. Esto sucede porque el ser en esencia cuando se eleva en su humanidad se distingue de los convenios sociales para ser ellos mismos.

El modelo romántico no es lo mismo que el modelo platónico original de este filósofo, sino que está contenido dentro de él solamente. Mientras que Platón hace un ideal abstracto y general de todos los amores aquí estaríamos hablando de la manifestación puramente poética manifestada individualmente, en una relación concreta.

Carece de sentido el ver los pros o los contras de enfocarse en el amor romántico, de las consecuencias que pudiera traer, etcétera, como hacen algunos científicos de las ciencias sociales. Desde los más viejos poemas de amor, como los atribuidos a Salomón en la Biblia, las largas guerras por el amor de una mujer que nos cuentan los griegos de la antigüedad, la Dulcinea del Toboso de Cervantes, hasta los modernos adolescentes que sufren por alguien el amor no tiene reglas concretas pero si muchos sueños, promesas y sacrificios en los que no cuentan ganancias materiales, por tanto ha sido romántico.

Si pudiéramos reducir el amor a los intereses de una vida material mejor con la pareja, al éxito capitalista en la sociedad gracias a las nuevas energías de la pareja potencialmente perfecta para el triunfo de las sociedades competitivas, quitando el romanticismo, como cosa de adolescentes inmaduros trasnochados, entonces reduciríamos a un programa cibernético los sentimientos. No dudo que hay gente pretendiendo eso. De hecho los autómatas de los sitios web de citas amorosas pretenden con un algoritmo hacernos encontrar la pareja ideal.

Por el camino de comprender el romanticismo como poco práctico en el triunfo de la vida andamos hacia la muerte del amor. La rebeldía a la hora de elegir el ser amado por los adolescentes es una visión adelantada de la falta de libertad en el amor adquirida por los adultos a base de renunciar al romanticismo por un poco más de dólares.

Sociólogos, políticos, psicólogos racionalistas, educadores, comprendan que el amor es mayor, más largo y más imperecedero que los modelos de sociedades que van y vienen. Cuando se acabe el romanticismo se acaba el amor, con ello se termina el noventa por ciento de la poesía, la mitad del arte en general y empieza el total declive de la humanidad para llegar a su fin. Dejen que los jóvenes sigan idealizando a sus escogidos como pareja, permitan que sublimen en el arte y la poesía lo sagrado de sus sentimientos.